¿Por qué las personas no pueden asumir responsabilidades? ¿Por qué los humanos no apreciamos lo valioso que es saber pedir perdón? ¿Acaso nuestro orgullo es más importante?
Día a día, a través de las propias vivencias, me voy dando cuenta que… son pocas las personas a las cuales se puede valorar y que buscan las respuestas a los interrogantes anteriormente mencionados. En el presente, somos pocas las personas que aceptamos que somos humanos, y como tales podemos equivocarnos, y más aún; lo reconocemos y ponemos de manifiesto el perdón.
Pedir perdón no es una equivocación, pero el orgullo a veces nos gana de mano y nos olvidamos del verdadero significado que conlleva este acto tan altruista. La verdadera equivocación es, saber que uno no obró de forma correcta y no querer reconocerlo, ya sea por temor, vergüenza, o simplemente por el orgullo.
Yo por mi parte, me siento feliz al pedir perdón, cuando se que me he equivocado, pero si es el otro el que obró mal, también se perdonar, siempre y cuando me lo pidan. Se que muchas veces he obrado de una forma poco correcta, pero eso no quita que, siempre que me he dado cuenta lo he reconocido, puesto que, hay situaciones que no me gusta llevar a cabo y que por impulsos se realizan de forma inconciente. Por otro lado, más allá de la inconciencia, hay de hechos y palabras de los cuales no me arrepiento en absoluto, y en esos momentos estoy segura de que he obrado bien y acorde a la situación, y que no soy yo la equivocada.
